¿Has visto Marte?
Sí, me refiero a la película.
Me gustó mucho aquello que dice el protagonista, que sale
todos los días al exterior para contemplar el horizonte sólo por el hecho de
poder hacerlo.
Me iba a parar en el 50 pero por qué pararme, en principio
pensé que era un buen número, por eso de ser una mitad o por aquello de ser
redondo por su cero o par, siempre me gustaron los pares, los impares me
recuerdan a la soledad, a los números primos los incomprendidos, y además hay
que parar de vez en cuando, pero no parar
porque sí, parar y escucharnos.
Estaba en la ducha y he escuchado una canción, salía de mi
nariz, una canción que nunca antes había escuchado. A la vez que salía esa
melodía que mecía mi cuerpo, el agua acompasaba la música de dentro. La llamaré
así. La música de dentro. Cada medio minuto y medio hay que darle un punto de
temperatura al agua y dejar que ésta nos vaya abrasando lentamente. Os aseguro
que todo nuestro alrededor para. Y escuchas silencio dentro. Silencio y la
música que te mece. Porque siempre tenemos algo que decir.
Pocas veces paran
las voces y pocas veces la escuchamos con atención y pocas veces escuchamos el
silencio.
Porque parar si el 51 puede ser un gran paso
a ese horizonte. Sólo por el hecho de poder continuar caminando.
Me beneficio (y mucho) de tu silenciosa decisión de no parar. Yo lo de la ducha lo hago con agua fría, corta la respiración y sólo se oye al corazón bombeando fuerte para mantener la temperatura.
ResponderEliminarSumergirse y escuchar el sonido del mar también suele ser entretenido y sustancioso. Cuenta tantas maneras de sentirse leve. Y es que el cuerpo a veces pesa a veces en jaula a veces simplemente se dilata y abre como las flores
EliminarCada horizonte es único... Mientras haya números por qué parar, acaso se detiene el universo por la noción de infinito.
ResponderEliminarEstar acompañado en una ducha para oír cómo se paraliza el corazón y las palabras dejan de tener importancia, con una música indistinta al silencio.
Cuando se demoran las voces se escucha el alma, se alza la sangre del pecho para dar de mamar a las nubes.
Y quien te dice que el universo no para. Tal vez duerma cuando nosotros no estamos o tal vez se expande y nosotros cada vez somos más pequeños. Creernos infinitos y parte de un todo con toda su insignificancia o pieza única para el engranaje de su movimiento
EliminarSólo aguardo que descanse los años bisiestos o respete el sabat, y que se preocupe de lo desechable, tanto como de lo único.
EliminarDicen que todo el universo juega por el mero hecho de ejercitar la habilidad, no por ninguna otra razón. Vida, juego excitante.
ResponderEliminarEspero que no juegue a perder y seamos parte de su apuesta!!!
EliminarVivir por la habilidad de vivir o aun mejor sobrevivir? Os imagináis que es la única razón. Yo quiero creer que no. Que la habilidad es ser un poco mejor cada día y sigo pensando que la única llave es el amor. Y no digo el amor que te puede dar una pareja. Amar cada centímetro que nos ofrece el universo. Hasta sus agujeros negros y bien, nos hemos desviado del tema que sólo pretendía tratar de continuar y agradecer cada día que continuamos
EliminarSandrá, aparte de todo esto, estoy reproduciendo vuestros diálogos en el blog porque me interesa esa relación de recíprocas respuestas y matices. No soy yo el que tiene que tener siempre el contrapunto para tirar del hilo u ofrecer una conclusión, todos somos parte de una misma inspiración. En los comentarios encuentro un mundo de poesía compartida y no quiero que sean el fondo del baso, sino el agua y la sed del poema.
ResponderEliminarSin problemas la pluralidad enriquece
EliminarY todos tenemos nuestra posición, nuestra lectura y singularidad
Menos mal que no paras, siempre habrá un número par al que llegar!
ResponderEliminarMe ha encantado!
Luna
EliminarSeguiré caminando aunque duela. No queda otra.
Y en este mundo de literatura
Es como respirar.
Un abrazo
Aprender a escuchar el silencio...
ResponderEliminarEs una práctica de excelentes resultados.
Por fin te he encontrado. Besos atrasados
Soco,
EliminarTenia que dejarte mi guías de pan porque tu compañía no podía faltar me.
Me alegro mucho de ello. Besazo
A veces, hay que ver/se en la voz de dentro,
ResponderEliminarparar/se cualquiera que sea el numero,
escuchar/se en el silencio.
Otras simplemente abandonarse a una ducha fría o hirviendo que priorice el cuerpo y aleje esa maldita voz que nunca cesa.
Me encantó tu post.
Saludos.
Es necesario un lugar donde sólo lleguemos nosotros y bajemos el volumen al ruido.
EliminarSALU2
Sí, he visto Marte. Y también me gusta contemplar los horizontes, sea por la puesta de sol o porque la silueta borrosa de mi ciudad me parece algo tenebrosamente hermoso. Y lo inalcanzable de esos horizontes, de esos instantes de vacío, es lo que me ata a ellos y me hace permanecer. Y hasta caminar un poquito hacia ellos.
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