jueves, 21 de enero de 2016

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Merma lo inocuo,
el hallazgo,
la subliminal parte de un todo
que ocurre extraordinaria-mente
en los ojos que aún se asombran.
Aunque sigan amando
todo aquello que se palpa
y la fugaz caricia
de lo analógico.

7 comentarios:

  1. Anal..., lógico (yo también amo la singular caricia y aún me asombran sus palpitaciones). Bien, dejemos nuestra singular contienda poética en versar sin importar los trámites ni los límites de los acontecimientos...

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  2. Respuestas
    1. Menos mal que mis nociones no te ensombrecen ni te disturban en demasía, porque de lo contrario me mandarías a freír huevos.
      Sabes que soy incapaz de mesurar mis palabras, pero no lo hago para alzarme, quiero pensar que, más bien, para postrarme (no voy a continuar por ese camino porque todas las postraciones me conducen a mundos de agradecimiento).

      Sandra, tenemos que intentar algo diferente, por ejemplo: que yo ponga los huevos y tú me los rompas.

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    2. Son años ya compartiendo comentarios y opiniones y la dualidad y contraposición siempre fue tu fuerte
      Qué necesidad tengo de romperte los huevos cuando ya Tse los rompe uno mismo!
      Yo seguiré en mi mundo de agradecimiento porque cada despertar merece ser agradecido.

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  3. Me ha gustado mucho en lo difícil que es de leer, acaso por ello y así encontrarme, donde sea que sea ese encuentro, analógico u occipital.
    Gracias, Sandra, el placer es mío de seguir leyéndote aquí.
    Saludos, salud

    m.

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    1. Io,
      Me gustaría hayarnos en la médula y corazón
      de todos los pulmones del verso.
      Y allí... seguir la órbita.
      Salu2

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