domingo, 31 de enero de 2016

54

¿y si me muriera mañana?

Seguirá siendo el sol
cantando el gallo de madrugada
tocando la sirena a las nueve
las mareas subiendo a media tarde
los semáforos en ámbar cuando se acerca tu coche
riendo los niños.
Sonriendo tú

y tal vez
quién sabe

hasta serías un poco más feliz

viernes, 29 de enero de 2016

53

De lo real: lo imperceptible en ayunas,
de la mentira una verdad
que cambia de piel
y color.
Alejarse y en la distancia
no distinguir quien pudo ser
si fui yo
o eso creía
porque ahora es un extraña
quien habita el poema.

martes, 26 de enero de 2016

52

Llévame a los dulces suburbios que habitas.
Yo te mostraré el enorme lunar de mi alma.
Llévame al paraíso en el que callas,
al equinoccio de tu sombra, de tus manos.
Haz que tiemble esta carne trémula.
Cávame y el gemido atrápalo en tu boca
no dejes que me escape en el aliento,
no dejes que escapen la legión de hormigas
que recorren mi vientre.


Bébeme. Soy mujer océano,
escupe el salitre adherido a mi entraña,
y como peces,
en la simbiosis de los cuerpos hallaremos la paz.
Ya en silencio, con las cicatrices exhaustas:
alcanza la aurora sobre mi cama,
alcanza la escarcha entre los dedos,
alcanza la humedad guardada para amanecer a tu lado.

Regálame tu mundo de despojos.

sábado, 23 de enero de 2016

51

¿Has visto Marte?

Sí, me refiero a la película.

Me gustó mucho aquello que dice el protagonista, que sale todos los días al exterior para contemplar el horizonte sólo por el hecho de poder hacerlo.

Me iba a parar en el 50 pero por qué pararme, en principio pensé que era un buen número, por eso de ser una mitad o por aquello de ser redondo por su cero o par, siempre me gustaron los pares, los impares me recuerdan a la soledad, a los números primos los incomprendidos, y además hay que parar de vez en cuando, pero no parar  porque sí, parar y escucharnos.

Estaba en la ducha y he escuchado una canción, salía de mi nariz, una canción que nunca antes había escuchado. A la vez que salía esa melodía que mecía mi cuerpo, el agua acompasaba la música de dentro. La llamaré así. La música de dentro. Cada medio minuto y medio hay que darle un punto de temperatura al agua y dejar que ésta nos vaya abrasando lentamente. Os aseguro que todo nuestro alrededor para. Y escuchas silencio dentro. Silencio y la música que te mece. Porque siempre tenemos algo que decir. 

Pocas veces paran las voces y pocas veces la escuchamos con atención y pocas veces escuchamos el silencio.

Porque parar si el 51 puede ser un gran paso a ese horizonte. Sólo por el hecho de poder continuar caminando.

jueves, 21 de enero de 2016

50

Merma lo inocuo,
el hallazgo,
la subliminal parte de un todo
que ocurre extraordinaria-mente
en los ojos que aún se asombran.
Aunque sigan amando
todo aquello que se palpa
y la fugaz caricia
de lo analógico.

49

Después del tiroteo allí estaba ella: rezando en su idioma amarillo y convulsionando, con el último aliento en la punta de sus ojos. Estaba frita a balazos.  Bufón se quedó mirando como esa chica que había intentado matarle parecía un débil pájaro susurrando canciones. Pedazo dijo: “Vamos ya, dejaremos que esta zorra amarilla se pudra”.

Todos se miraban, pero en sus cabezas sólo aparecía la imagen de Doc corriendo en busca de su amigo, muerto por el francotirador, y sus gritos uno a uno, tras cada disparo; la cara de Cowboy con la baba cayendo de la comisura de sus labios y su pecho abierto a bocajarro,  su último suspiro sobre los brazos de Bufón. Todos muertos por ella.

-Vámonos -seguía diciendo Pedazo.

-No podemos dejarla así -rezaba Bufón.

No podemos dejarla así, pensó, sería más humano matarla. Frío como un tempano de hielo, tomó su pistola y la disparó entre los ojos,  su símbolo de la paz en la solapa y su casco que dictaba –Nacido para matar- ahora sí tenían sentido.








* Inspirado en la Chaqueta metálica

miércoles, 20 de enero de 2016

48


A veces me adivino hombre.
Tu silueta davidiana me ensimisma y me deja boquiabierta
y te miro
en el sosiego que se despierta en tu rostro mientras duermes. 

Tu espalda, donde comienza esa curva de simetría casi perfecta; prieto.
Ese casi es el que me enloquece. 

Parece que me crece un miembro entre las piernas,
pero entonces,
me miras desde las pestañas
y me desarmas la pistola,
me desmelenas y desnudas,
siendo de nuevo,
la mujer que a tu soplo  es una canica rodando por la mesa.

domingo, 17 de enero de 2016

47

05-01-16
( a no sé que hora)

Saco las maletas empolvadas.
Toda esa ropa que agujerearon las polillas
y las fotos
y los recuerdos se apilan en riel
y toda la tierra que enterró sus bocas.

Desentierro la mudez a la que les sometí
y siguen
escuálidos y difusos
siguen su camino lejos de mis pasos
tras dejarme una flor.


Nunca supe convivir con mis muertos como acostumbran en París. 

viernes, 15 de enero de 2016

45

Aquí, cerca de nada.

Cerca de la mano de mamá,
aquella imagen difusa y a ratos.
Tuve tantas madres
que no recuerdo a quién me dio su pecho.
Recuerdo un vientre;
ancho, dado de sí, harto de fecundar. 

Unos gritos me sobresaltan,
me tiran de los pelos,
tengo tantos nudos que mi garganta los ha copiado.
Los rizos me condenaron a los piojos.
 _ me hacían parecer una niña peleada con el mundo, una niña abeja_
me los mutilaron.
Con cara de chico malo,
la niña murió con esos rizos,
ya no tengo que jugar a las muñecas
ni cortarles el pelo ni sus cabezas.

Ya recuerdo, me amamantó la ausencia y el exilio.



44



Somos un cúmulo de costumbres encerrados en armaduras oxidadas. 

sábado, 9 de enero de 2016

43







Amo el decir de tu mirada
Cuando silencia,
Desea
O sencillamente
Se pierde un rato.

La hora que agota días
Y los incendios
Qué arden en las aguas.

Amo cada centímetro que me acerca a tus costas