domingo, 18 de mayo de 2014

22

 
Foto: Robert Doisneau
 
 
 

Marta Sanz

“Poemario Vintage”
 

 

Pero
también –quién no lo sabe-
existen
los amores penosos.
La fiebre tifoidea.
Las mondas de patata. 

Y el cristal
se rompe
cortando
las plantas de los pies
de otros niños.
Perdidos. 

Una larga,
afilada,
puntiaguda esquirla,
como aguja hipodérmica
o rústica
piedra de sílex,
araña
rasga
rompe
la fibra sutil
del seso de primate
-el mono toca los platillos sin interrupción-
 
Derramamiento fatal 

Desgarrado
el neurálgico tronco,
ya no queda
ni un hueco
para conservar la vida. 

Sobre el espejo,
una gotita de sangre.
 
No es nada.
No duele.

3 comentarios:

  1. A veces el amor se transforma en una enfermedad psicológica de distancias donde dos personas juegan a infligirse daño, sin entender bien cuál es el motivo de la fiebre.

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    1. debe ser como una especie de droga de la que no puedes desengancharte aunque sabes que te perjudica severamente la salud.

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