sábado, 22 de marzo de 2014

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Una vez barridas las calles
y arrojados los deshechos
a la basura,
salgo dispuesta
con los bolsillos llenos de voluntad;
aunque sé de aquellos
que padecen el síndrome de Diógenes
y recogen la inmundicia ajena.
Me bastará con saberme diferente
no rara
raro es encontrarse derrochadores de amnistía,
sembradores de paz.
Antes le crecían arrugas a los derechos
hoy restan las obligaciones
e inmovibles
nos adherimos a la cómoda butaca.

12 comentarios:

  1. La cómoda butaca no traiciona a los que no están dispuestos a morir como Cesares, aunque tiene sus inconvenientes (un tortuoso dolor de espalda para el futuro). Yo soy de esos Diógenes inmundos (mi voluntad es atesorar basura y hacer fortuna con los deshechos). Los sembradores de amnistía sólo cultivan la paz de sus bolsillos. Se puede salir a la calle y proclamar nuestros derechos a los secuestradores de dignidad, pero nunca deberíamos ir a votar como indignos corderos al matadero de la ignorancia.

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    1. no soporto aquellos que se pasan la vida destripando a los de su alrededor, comiendo su mierda y recogiendo su basura, creo que sus vidas son tan insulsas y deprimentes que se acostumbrar a olvidarla criticando la vida de los demás. Que pobreza de espíritu. Yo suelo dejar los lastres que me hacen el camino más pesado.
      ¿Secuestradores de dignidad? yo les podría un juicio más severo, asesinos de dignidad y libertades.
      No lo estamos haciendo bien, se siente en la tristeza social que nos ha tocado vivir, los peces gordos siguen engordando comiendose al chico y loos medianos lo permiten para salvar sus agallas.
      De nada sirven unas urnas que sólo son ilusorias.

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    2. Nichos de votos en el sentido más macabro. La estupidez del sofá es una enfermedad social. El camino largo conduce al Calvario (en referencia al "ministro" de economía"). Dignatarios??? Pasemos de las urnas (no se puede vivir de espejismos).

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    3. pues aquí sentada al sofá llevo toda la tarde en la mera estupidez de la lectura, mientras las calles de las grandes urbas se llenan de protestas, mientras una marabunta sigue un espejismo, pero al menos demuestran su indignación en una marea de gente

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  2. Mas en el fondo todos tenemos un hígado parecido, luego la química entre nosotros debería funcionar siempre.
    ¿Será que la industria interior la comanda un loco?
    Un beso

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    1. Chés, sí, pero unos con cirrosis y otros sólo con bilis. Pero no me dirás que encuentras derrochadores de amnístia, vamos paseando y volvemos la mirada cuando vemos casas de cartón y miradas de habmbre, ¿qu´podemos hacer? ¿cuándo llegará e cambio social? cuando dejemos de mirarnos el ombligo y usemos gafas más allá de la nariz, tal vez, pero hasta en una superviviencia ¿quién seguirían siendo de los buenos? nos comeriamos unos a otros como en la carretera de Cormarc McCarthy.
      La insdustria interior se pasa la vida discutiendo

      un beso

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  3. Y también las garrapatas y los buitres y las hienas, todos siempre con el ojo y el deseo en lo ajeno. UN abrazo.

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  4. Impresionante. Se queda uno pasmado en su butaca del sofá y se dice en silencio: yo también...

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    1. Yo también. Es la sensación al escribirlo, también me quedo en la butaca pero al menos me queda la palabra

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  5. Hablando una vez de todo esto con unos amigos, hablábamos que hasta que no haya una revuelta social y que los mandatarios sientan miedo de lo que puede hacer la gente, harta ya de estar harta, hasta que ellos no sientan el miedo, nada cambiará.
    Realmente no les importa tanto que la gente ya no crea en la política, mientras ellos vayan saliendo con su elecciones y sus votos, realmente se rien a carcajadas entre bambalinas.

    Sacudiendo conciencias Sandra, y yo removiéndome en mi silla, como procede.
    Un abrazo!

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    1. Y yo que pienso que mientras exista el poder siempre habrá ratas con distintos colores..... Un abrazo

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